lunes, 21 de julio de 2008

La historia privada de la documentalista Elena Varela

Fuente.azkintuwe
Elena Varela observa a su hija, América, de 16 años. Es alta, lleva jeans y zapatillas. La contempla con una sonrisa nostálgica. "Mi hija es la que más ha sufrido con todo esto -cuenta-. Yo sé que muchas veces ella hubiera preferido estar en un mall que acompañarme en mi trabajo, pero nos tenemos la una con la otra. Durante meses sabía que nos investigaban", nos dice.
Gulumapu_RANCAGUA / Elena Varela espera de pie a sus padres, que entran y la abrazan. Día de visitas. La gente camina silenciosamente en un frío salón destinado a las reclusas del módulo 87, lactantes, del complejo penitenciario de Rancagua. Paredes blancas con pequeñas ventanas ubicadas en lo alto de la construcción rodean a la mujer, que era una desconocida profesora de música y documentalista, hasta el día de su detención, cuando fue acusada de participar en dos violentos asaltos. El padre de Elena le toma la cabeza y le hace la señal de la cruz en la frente.El 7 de mayo de 2008, mientras estaba en plena producción de su documental "Newen Mapuche", un grupo de detectives de la PDI ingresó a la casa-productora de Elena, en Villarrica, y la detuvo. Durante dos años estuvieron tras sus pasos: la siguieron, revisaron su registro de llamadas telefónicas y estuvieron atentos a las cosas que hacía en su trabajo y en su vida diaria. La razón: un testigo dijo que ella era parte de un grupo que había asaltado a punta de armas de fuego la sucursal del Banco Estado, en Loncoche, el 20 de diciembre de 2004, y un local del INP, en Machalí, el 10 de junio de 2005. Allí murieron cuatro personas."Me declaro totalmente inocente", dice en la sala de visitas. "A mí se me persigue por querer mostrar la realidad que vive el pueblo mapuche. Y contarla". Héctor Varela, el padre de Elena, es ingeniero químico y diácono de una pequeña iglesia en Maipú. La segunda de sus tres hijos siempre se inclinó por la música. "Vivíamos en Valparaíso", cuenta. "Ella tenía una vecina de su edad. Y en la casa de su amiga tenían colgada una guitarra. Elena la sacaba y tocaba durante un par de horas hasta que llegaba el dueño de casa y la volvían a colgar como si nada hubiera pasado. Empezó a estudiar en el conservatorio. Se hizo profesora, formó orquestas infantiles. Luego buscó la música mapuche y empezó su camino con los documentales, hasta esto...", añade.
Filarmónica de Berlín
Elena Varela observa a su hija, América, de 16 años. Es alta, lleva jeans y zapatillas. La contempla con una sonrisa nostálgica. "Mi hija es la que más ha sufrido con todo esto -cuenta-. Yo sé que muchas veces ella hubiera preferido estar en un mall que acompañarme en mi trabajo, pero nos tenemos la una con la otra. Durante meses sabía que nos investigaban. La llamaban a ella por teléfono. Es difícil ver a su madre en estas circunstancias".
Elena Varela se licenció con mención en dirección de orquesta en el Pedagógico. Eran los años '80. Había ingresado muy joven a la universidad, con sólo 15 años, y egresó a los 21. "El único contacto que tuve con la gente del MIR en mi vida, y antes de hacer estos documentales, fue con mi amigo Eduardo Vergara (uno de los tres hermanos Vergara que murió a causa de disparos hechos por un grupo de carabineros en Villa Francia). Orienté mi carrera al mundo social", asegura.Elena Marisol estuvo entre 2002 y 2003 becada en el Inwent Institut, de Alemania, y en la Orquesta Filarmónica de Berlín. Luego llegó a Chile con la intención de conocer más sobre la música mapuche. Se fue a vivir a la Novena Región. Convivió con las comunidades indígenas y pensó que podría hacer un documental con las costumbres de esta cultura y de los niños. "Poco a poco me di cuenta de que el tema era otro. Me di cuenta de que porque no era mapuche me trataban de otra manera", cuenta.
"Llegaba a ser curioso. Cuando había alguna manifestación y llegaba la policía, a mí no me detenían. Me decían: 'Señora, váyase'. Por eso comencé a interiorizarme de la historia de estas comunidades. Supe lo que ocurrió en el pueblo de Neltume hace tantos años. Decidí contar esa historia. Hacer un documental. Se llamaría 'Sueños del comandante'. Ahí empezó mi vida como documentalista". "Ahí, también", alega, "comenzó esta persecución".
La versión del fiscal
Ministerio Público, fiscalía regional de la Sexta Región. Servando Pérez lleva su mano a los anteojos y se los acomoda antes de hablar. Respira. "El nombre de Elena Varela salta por la información aportada por las compañías telefónicas", dice el fiscal. "Recuerde que en Loncoche hubo personas detenidas en flagrancia: uno de ellos era Carlos Aedo. Todos los detenidos y fallecidos eran ubicados en celulares. La información de los teléfonos no fue rápida de obtener, pero fue muy importante".Servando Pérez y la policía cruzaron nombres, las llamadas de los celulares de esas personas fueron revisadas y salió una conversación de 20 minutos que provenía del celular de Elena Varela en el día del asalto. Luego vieron que el chip de su antiguo celular lo había usado uno de los imputados en el asalto de Loncoche, seis meses antes. "En esa llamada, a la que nosotros sólo sabemos por el registro, habla con Juan Moreno Venegas, quien sería el líder del asalto en Machalí, y con el que habría tenido una relación. Elena Varela lo niega. Dice que una foto en donde se les ve juntos es un montaje", explica. "Y también existen dos testigos que la vinculan directamente al grupo de asaltantes".Fue en 2006, tras una declaración clave por parte de uno de esos testigos, que se mantuvieron en reserva durante 20 días tras la formalización de cargos, cuando Servando Pérez inició una investigación sobre Elena Varela López. Este año, un segundo testigo aportó datos y le dio fuerza a las pruebas que ya tenía. Servando decidió que era el momento de actuar y así lo hizo. El 7 de mayo Investigaciones de Temuco irrumpió en varias casas de la IX Región.Elena Varela estaba en su casa y la detuvieron. Sacaron mucha ropa, una bandera del MIR y armas. De hecho, en esa casa estaba todo el material real de su investigación. Más de 300 cintas de video, cerca de 1.500 horas de entrevistas, investigación, reporteo, grabaciones y dramatizaciones de hechos reales."A la fiscalía le parecía razonable la orden de incautación de esas cintas", explica Pérez. "Estamos apegados a la ley. Nosotros necesitamos saber si en ese material hay información que tenga que ver con los asaltos ocurridos en Loncoche y Machalí. Lo que nosotros buscamos son pruebas e información respecto de un delito. No tiene nada que ver con el tema del conflicto mapuche. No está amparado por el secreto de la fuente. En ningún caso es para fines de inteligencia policial porque, de ser así, sería una ilegalidad".Tras la formalización de los cargos a las seis personas detenidas en el operativo, Servando Pérez pidió la prisión preventiva de Elena mientras se llega al juicio oral. El fiscal Pérez le imputó los delitos de asociación ilícita para delinquir, robo con homicidio y robo con violencia. La jueza aceptó esos cargos, y Elena Marisol Varela López perdió la libertad por primera vez en su vida.
"La Ley Varela"
El caso de Elena Varela cobró importancia nacional e internacional cuando se supo que se trataba una documentalista premiada con el Fondo Nacional de las Artes (Fondart), al entregársele un monto de 52,9 millones de pesos para la producción y posproducción de un nuevo documental denominado "Newen Mapuche, la fuerza de la gente de la tierra", la historia de las comunidades mapuches y de sus dirigentes que han debido enfrentar la Ley de Seguridad Interior del Estado. Elena logró entrevistar a una serie de líderes que incluso están en la clandestinidad.
Rubén Jerez, abogado defensor, explica que "en la formalización de cargos no se estableció bajo qué ley se imputaba a mi representada. Las supuestas armas confiscadas en su detención eran de juguete y servían para sus documentales. La imputación se basa en dos testigos cuya identidad se reservó el Ministerio Público. Y se le requisó su material audiovisual. Esta es una persecución del Estado chileno. Hemos interpuesto un recurso en la Corte Interamericana de Derechos Humanos".Hasta este domingo de visitas, el 13 de junio de 2008, Elena Marisol cuenta 68 días de reclusión. El juicio oral está proyectado para unos cuatro meses más, y nuevamente se le denegó la libertad. Las cintas de los dos documentales siguen en poder de la fiscalía y un equipo con dedicación exclusiva, de la PDI, revisa todo el material. Los documentalistas están preocupados y piensan que el caso de Elena Varela se puede convertir en un símbolo de la libertad de expresión y de la posibilidad de mantener el secreto de la fuente en las obras audiovisuales.Los diputados Álvaro Escobar y Marco Enríquez-Ominami acaban de presentar un proyecto de ley que reconozca el derecho de reserva de fuente a toda persona que realice una obra audiovisual. Álvaro Escobar se atrevió a decir que tal proyecto, de aprobarse, se llamará "Ley Varela". "Ley Varela", dice Elena sonriendo. "Si de algo sirve, claro que será un honor. Pero estar en la cárcel es duro. Llegué a un lugar que era peligroso, vulgar. Yo no estaba acostumbrada a un sitio así".Su caso cobró importancia cuando se supo que se trataba de una documentalista premiada con el Fondo Nacional de las Artes (Fondart), al entregársele un monto de 52,9 millones de pesos para la producción y posproducción de un nuevo documental sobre la historia de las comunidades mapuches que han debido enfrentar la Ley de Seguridad Interior del Estado. El fiscal Servando Pérez y la policía cruzaron nombres, fueron revisadas las llamadas de celulares y salió una conversación de 20 minutos que provenía del celular de Elena Varela en el día del asalto. Luego vieron que el chip de su antiguo celular lo había usado uno de los imputados en el asalto de Loncoche, seis meses antes

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