La lagmen, Figueroa, quien fuera detenida tras largos años de clandestidad, sufre de cáncer y ha estado con tratamiento de quimioterapia y radioterapia. Ahora presenta metástasis ósea en la columna vertebral a nivel dorsal y en costillas. Además de lo anterior, sufre de diabetes, hipertensión, enfermedades reumatológicas y traumatológicas, trastorno de estrés postraumático producto de su experiencia de tortura y una depresión mayor crónica, efecto de la situación física y emocional que la viene afectando en estos últimos años.
Ngulumapu/Chile_Delicada es la situación de salud debido al avanzado estado del cáncer que padece, de la dirigenta mapuche de la comunidad de Tricauco Mireya Figueroa, detenida la semana pasada en Santiago de Chile. La lamgen está acusada de participar de un incendio al fundo Poluco Pidenco de la forestal Mininco en diciembre de 2001.
El miércoles pasado se realizó la primera audiencia en la ciudad de Angol, cuya sesión contó con la presencia de alrededor de 70 personas en su mayoría provenientes de su comunidad, y de otras ciudades. En aquella oportunidad los jueces optaron por aplazar el juicio hasta el 25 de agosto, y dieron cinco días de plazo al Servicio Médico Legal para que realice los exámenes pertinentes para conocer su real estado de salud.
Mireya Figueroa mientras estuvo clandestina en Santiago, consultó por un síndrome depresivo ansioso reactivo, en el programa de atención asistencial del Centro de Salud Mental y Derechos Humanos, CINTRAS humanos al cual estuvo tratada desde el año 2004, según lo confirma este centro.
Grave estado de salud
En una carta que dicha institución envió a Luis Mena Director Regional de Santiago de Gendarmería de Chile mientras estuvo recluida en CPF de Santiago, se solicitaba “que se le pueda dar continuidad al tratamiento medicamentoso paliativo del dolor y el tratamiento psiquiátrico para su depresión mayor. La interrupción de cualquiera de estos medicamentos pudiera dar lugar a una descompensación poco deseable para la paciente y para su manejo posterior”, sin embargo gendarmería si bien mantuvo los remedios para el dolor, suspendió los medicamentos de tipo psiquiátrico.
Mireya Figueroa Araneda es portadora de un cáncer bastante avanzado y generalizado, que comenzó por cáncer mamario (operada en 2006), se mantuvo en tratamiento con quimioterapia y radioterapia. Ahora presenta metástasis ósea en la columna vertebral a nivel dorsal y en costillas. Está en estudio la presencia de metástasis a nivel pulmonar. Además de lo anterior, sufre de diabetes, hipertensión, enfermedades reumatológicas y traumatológicas, trastorno de estrés postraumático producto de su experiencia de tortura y una depresión mayor crónica efecto de la situación física y emocional que la viene afectando en estos últimos años, informa la carta a gendarmería.
Su precaria condición de salud se traduce en un permanente estado doloroso e invalidante. Los beneficios estatales (AUGE) que se le brindaron ya se han agotado por su condición casi terminal, de modo que sólo resta administrar tratamiento paliativo para control del dolor, con fármacos de tipo opiáceos. Cabe destacar que todo su tratamiento se ha realizado en el hospital Barros Luco, en los servicios de oncología, traumatología, control del dolor y psiquiatría donde tiene un registro con toda esta información, de modo que si se necesita mayor información respecto a su caso clínico se puede solicitar antecedentes adicionales de su ficha clínica Nº 342350 de dicho centro de salud, informó cintras.
Además da cuenta de su importante cargo en la comunidad, era lonko y secretaria de la comunidad de Tricauco de la zona de Ercilla en la IX región. Fue detenida el 2 de diciembre de 2002, severamente torturada al momento de su detención, se le aplicó ley antiterrorista, y su caso se denunció ante las ONU. Permaneció encarcelada un año y dos meses en la zona de la Araucanía. Toda esta situación gatillo en ella una serie de síntomas de tipo angustiosos y depresivos. Dicha sintomatología esta caracterizada por ansiedad, fragilidad emocional, insomnio mixto, estado tensional, crisis de pánico, angustia, informa la misiva.
Incluso se señala los medicamentos que se le aplicó. Se le brindó psicoterapia individual y tratamiento farmacológico con: Lamotrigina 200 mg. al día; amitriptilina 5 mg. al día; citalopram 40 mg. al día y lorazepam 8 mg. diarios.
La solicitud concreta
Cintras solicitó al Director Regional de Gendarmería de Santiago, que tuviera a bien a bien, “estudiar los antecedentes anteriormente expuestos para tomar todos los resguardos necesarios para que la señora Mireya Figueroa Araneda, quien se encontraba recluida en el sector Esperanza del CPF de Santiago, pueda dar continuidad al tratamiento medicamentoso paliativo del dolor y el tratamiento psiquiátrico para su depresión mayor. La interrupción de cualquiera de estos medicamentos pudiera dar lugar a una descompensación poco deseable para la paciente y para su manejo posterior”.
Sin embargo, la petición de dicha institución cuya carta firmada por José Miguel Guzmán, Trabajador Social y Terapeuta Familiar de Cintras si bien fue cumplida a medias, pero no tuvo una respuesta formal. Ahora esperemos hasta el miércoles para que el Servicio Médico Legal de Temuco cumpla eficientemente con el mandato de realizar los exámenes y que informe adecuadamente el real estado de Mireya, que a todas luces es gravísima y cuya responsabilidad de su vida ahora está en manos del estado.
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